Entre los muchos temas que surgieron durante el debate, un punto recurrente fue el de la importancia de la educación a edades tempranas. Resulta esencial que las niñas descubran la tecnología y la perciban como una vía válida y atractiva para crecer en el futuro, de la misma forma que sí la perciben ellos. Y para esto, tenemos que dar ejemplo y proponer referentes. Que existan mujeres científicas, empoderadas y con capacidad de liderazgo es fundamental. En este evento interno de la compañía, tuvimos el placer de escuchar a Cristina Aranda, co-fundadora de Mujeres Tech, para constatar la situación de la mujer en distintos ámbitos y, en concreto, en el mundo de la ciencia y la tecnología.
Es evidente que la situación en el ámbito educativo, a día de hoy, no está compensada entre hombres y mujeres. Según un estudio llevado a cabo por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Unidad de Mujeres y Ciencia, sólo el 25% de los matriculados en Estudios de Grado relacionados con Ingeniería y Arquitectura en 2017 eran mujeres. En otros sectores, como el del arte o las ciencias sociales, existe una gran presencia femenina en general, pero los puestos altos de investigación siguen estando copados por los hombres. Esta situación fomenta la aparición de un techo de cristal que hace más difícil para ellas ascender en un mundo académico muy masculinizado. Mientras que en el nivel básico de investigación sí existe igualdad entre hombres y mujeres, en el grado de mayor nivel (Profesorado Catedrático), sólo hay una mujer por cada cuatro hombres.
Además, estas desigualdades que se dan en el momento de formarse se amplifican cuando entramos en el mundo laboral, donde los entornos de dirección siguen estando controlados por los hombres. Este hecho, junto con los sesgos inconscientes a la hora de contratar mujeres y la generalización de conductas como la competitividad y la agresividad, suponen nuevas barreras para las mujeres, que, además, se enfrentan a más dificultades a la hora de emprender o hacer valer su trabajo.
Pero hay soluciones. De hecho, desde la analítica avanzada de datos se pueden proponer herramientas que ayuden a mitigar estas desigualdades a través del apoyo científico, como es el caso del counterfactual analysis. Este análisis permitiría realizar una comparación entre lo que realmente sucedió y lo que habría ocurrido en ausencia de intervención, con el objetivo de crear modelos que anulen la tendencia inconsciente de contratar antes a un hombre que a una mujer, con los mismos conocimientos y capacidades. Estos modelos podrían tener en cuenta, incluso, el esfuerzo extra que ha tenido que realizar una mujer para llegar al mismo nivel que un hombre, debido al tipo de barreras que hemos comentado anteriormente.
Sin duda, esta semana ha estado repleta de debates, eventos y actividades que han puesto de manifiesto la situación y el papel de la mujer en la sociedad. Nosotras, además de desarrollar esta iniciativa de escucha y debate interno en BBVA Data & Analytics, también hemos participado en otros eventos que buscan poner de relieve la figura de la mujer en el mundo de la ciencia y la tecnología, sector en el que somos un actor influyente. Uno de estos foros fue la conferencia Women in Data Science, organizada por Carme Artigas, embajadora de Stanford University en Madrid, donde pudimos ver cómo la presencia femenina va cobrando una mayor relevancia en el ámbito de la tecnología y la Inteligencia Artificial. La jornada contó con numerosas ponentes de primer nivel, entre las cuales se encontraban nuestra compañera Ana Laguna, Data Scientist en BBVA Data & Analytics, quien habló sobre la aplicación de la IA para interpretar llantos de bebés; y Elena Alfaro, Head of Data & Open Innovation en BBVA, quien participó en una mesa redonda que analizó el impacto de la IA y la disrupción en la empresa.
De nuevo, gran parte del debate se centró en la importancia de cambiar estereotipos dañinos para la mujer en el entorno laboral, promover la educación STEM entre las mujeres y hacer de la diversidad un valor en las empresas tecnológicas, en muchos casos con presencia mayoritaria de hombres blancos, lo que a la larga es contraproducente para la innovación digital y el crecimiento empresarial.