Las reuniones de trabajo a distancia se han convertido ya en una parte fundamental de nuestro día a día, con las que podemos organizar el trabajo, sincronizar tareas y mantener el contacto entre los diferentes miembros del equipo o de la compañía. En los últimos meses hemos participado, además, en unas sesiones un poco diferentes. Al otro lado de la pantalla de una de estas sesiones, jóvenes del municipio de Laviana (Asturias) conectaban sus cámaras y auriculares dispuestos a saber un poco más sobre cómo enfrentarnos a la gestión de trámites en la Administración electrónica. En definitiva, para aprender un poco más sobre cómo utilizar la tecnología en diferentes ámbitos esenciales de nuestra vida.
Desde BBVA AI Factory creemos en el poder transformador de la tecnología, tanto en su cometido para construir una sociedad más justa y hacer llegar las oportunidades a todos y todas, como en su potencial para hacer frente a los retos de desarrollo sostenible. Pero para seguir este camino, es imprescindible hacer que la tecnología sea una herramienta factible para cualquier persona, sea cual sea su situación y su contexto.
En este sentido, y en el marco del desarrollo de nuestra responsabilidad como compañía, hace unos meses decidimos colaborar con Cibervoluntarios, una ONG española de ámbito internacional cuyo objetivo no es otro que promover el uso y conocimiento de la tecnología como un medio para paliar brechas sociales, generar innovación social y empoderamiento en la ciudadanía, favorecer sus derechos y potenciar sus oportunidades. Sin duda, fue un match a primera vista.
Desde el mes de abril hasta ahora hemos participado en cinco actividades online de formación y capacitación en diferentes áreas, como seguridad en las redes sociales, prevención de fraudes y estafas en internet, promoción de herramientas de verificación de información, o impulso de habilidades digitales para el empleo, entre otras. Nuestro modesto papel en estas sesiones consiste en ofrecer parte de nuestro tiempo y conocimientos a personas en situación de vulnerabilidad digital.
Pero el aprendizaje es mutuo, ya que los compañeros y compañeras de BBVA AI Factory que hemos participado en las charlas también aprendemos a trasladar ideas y conceptos de forma clara y a ponernos en el lugar del otro para llevar a cabo una comunicación que sea efectiva. Tenemos que entender que nuestra realidad respecto a la tecnología no es la misma que la de muchas otras personas, y somos conscientes de la necesidad de hacerla accesible para que nuestro trabajo tenga un mayor impacto en la sociedad.
Según Roberto Maestre, program manager y senior data scientist en BBVA AI Factory, “participar en estas sesiones me ha permitido conocer las demandas básicas de la sociedad sobre tecnología y transmitir conceptos que pueden ayudar a reducir la brecha digital, al mismo tiempo que he podido interactuar con mis propios compañeros y compañeras en un contexto distinto, profundizando en el aspecto más humano de las relaciones”. “Creo que los que nos dedicamos a esto tenemos una labor muy importante de divulgación sobre la utilidad y riesgos de la tecnología. Al final lo importante es que todos podamos sacar lo mejor de ella”, añade María Hernández, senior data scientist en BBVA AI Factory.
Con la sesión realizada con los jóvenes de Laviana terminamos este proyecto de colaboración con Cibervoluntarios. Ha sido sin duda una experiencia muy positiva para los que formamos parte de BBVA AI Factory, y esperamos que haya sido útil también para todas las personas que han participado en las charlas a lo largo de estos meses.