Un campo de las matemáticas fundado por Leonhard Euler hace 283 años con su problema “Los siete puentes de Königsberg” está cambiando la manera en que abordamos la analítica centrada en el cliente en BBVA. En lugar de estudiar clientes, corporaciones, directores, productos o cajeros automáticos como objetos estáticos con atributos estándar o “etiquetas” como las que surgen de la segmentación tradicional de clientes, este campo, llamado Teoría de Grafos (Graph Theory), se centra en sus relaciones. Un grafo, en un sentido matemático, es un conjunto de elementos y sus relaciones.
Existe una gran multitud de relaciones. Las creamos constantemente, cuando decidimos qué compramos o dónde vivimos, por ejemplo. Además, muchos problemas son inherentemente relacionales, como el fraude en todas sus formas. Las recomendaciones de productos o el lenguaje también pueden ser estudiados mediante grafos.
Centrándonos más en los flujos de datos y comportamientos, y menos en etiquetas específicas del cliente, evitamos considerablemente el riesgo de caer en perfilados erróneos y desigualdades. Así mismo, también encontramos nuevas oportunidades que podemos ofrecer a modo de recomendaciones significativas, generando valor para nuestros clientes.
A parte de las relaciones financieras, las relaciones de las palabras en una frase pueden ser estudiadas utilizando grafos. Esto ayuda a entender mejor las elecciones de palabras y produce una mejora muy relevante en la comunicación con el cliente.
El equipo de analítica de grafos de la Factoría de Inteligencia Artificial de BBVA ha creado una librería de software que simplifica el uso de grafos para los analistas de BBVA. También incluye algunos algoritmos originales creados por ellos. Además de proporcionar herramientas, este equipo también pone a disposición activos de grafos listos para utilizar y participa en programas de formación interna para ayudar al BBVA, como líder en tecnología financiera, para completar su camino hacia una plena adopción de la analítica de grafos.