Cómo las iniciativas basadas en datos pueden salvar vidas infantiles
Millones de acontecimientos e historias ocurren cada día en Ciudad de México, una de las megalópolis más densamente habitadas del mundo. Cada uno de estos acontecimientos genera datos anónimos que, monitorizados y utilizados de forma adecuada, podrían resultar en una mejora sustancial de la vida de sus habitantes. No sólo esto, sino que además la ciudad podría alentar la participación pública en iniciativas basadas en datos. Uno de esos sucesos le ocurrió a Yesenia González en 2015, cuando su esposo y su hija casi fueron atropellados por un coche que conducía en dirección contraria. Ambos caminaban en dirección al colegio, como todas las mañanas.
A raíz de este desagradable suceso, Yesenia, especialista en análisis de negocio en BBVA Bancomer, decidió echar mano de los datos para conocer más sobre las estadísticas de niños y niñas involucrados en accidentes en el camino a la escuela, y descubrió que en el lugar donde casi atropellan a su hija, una persona había muerto en un incidente de tráfico unos años antes. Además, descubrió que los incidentes de tráfico son la principal causa de muerte en niños y niñas de 1 a 14 años en la Ciudad de México.
Su curiosidad analítica la llevó a un viaje en busca de datos que pudieran describir un problema que estaba afectando a los niños de toda la ciudad. En colaboración con la ONG “Liga Peatonal” y un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de México, reveló datos que estaban ocultos incluso para los planificadores urbanos de la Ciudad de México. La primera necesidad era localizar los incidentes de tráfico en los que había estado involucrado algún menor de 14 años. Para dar con estos datos, Yesenia y el resto de colaboradores tuvieron que dirigirse a los hospitales, ya que los datos de la policía no permitían una correcta geolocalización de estos sucesos. De esta forma, se recabaron datos de más de 6.000 accidentes con peatones, aunque sólo utilizaron aquellos que tenían suficiente información para geolocalizar, alrededor del 20% del total. Luego iniciaron el tedioso trabajo de limpieza, estandarización y estructuración de las diferentes fuentes de información que recogen. Incluso el aparentemente fácil proceso de agregar la ubicación de la mayoría de las escuelas en la Ciudad de México no fue un paso sencillo y les supuso una importante tarea de de limpieza, corrección de duplicados y geolocalización de referencias. Una vez que los datos estaban allí, la imagen fue más nítida: al solapar la densidad de los accidentes de tráfico con la de las escuelas, pudieron encontrar cuáles eran los centros con mayor riesgo para los estudiantes.
Con fondos de la Fundación Bernard van Leer, Yesenia colaboró en el esfuerzo para recopilar y presentar datos que estaban ocultos en un engorroso sistema de fuentes. Así nació el sitio web llamado Caminito de la Escuela, en el que califican la seguridad de las zonas próximas a los centros de enseñanza de la Ciudad de México, y cuya navegación invita al lector a seguir los pasos de aprendizaje, evaluación, empoderamiento y transformación en los que se basó el desarrollo de la propia iniciativa. El sitio ha visualizado un problema que estaba oculto en datos dispersos y que ahora ha permitido a las escuelas tomar medidas para limitar los peligros del tráfico denso durante el horario escolar.
“Nuestro trabajo muestra la importancia de las iniciativas de datos abiertos y gobierno abierto para adoptar políticas responsables que protejan a los más vulnerables de nuestra sociedad”, dice Yesenia en una reunión con BBVA Data & Analytics para hablar sobre el potencial del uso de los datos para el bien común. “La atención de los medios de comunicación creó presión para permitir la intervención en las áreas más peligrosas. Los datos pueden salvar vidas”, añade Yesenia.
El trabajo de Yesenia muestra la importancia de contar con datos abiertos y bien estructurados, que los ciudadanos u organizaciones puedan utilizar en conjunto con otras fuentes para enriquecer nuestra visión del mundo y encontrar soluciones basadas en datos. En la actualidad, Yesenia y otros padres y madres continúan luchando por resolver este problema, explorando otras formas de participación y colaboración.
En lugares como la Unión Europea, donde el acceso a los datos y la transparencia en las instituciones es exigido por ley, hay más posibilidades de llevar a cabo este tipo de iniciativas. Inspirados por la búsqueda de datos que realizó nuestra compañera Yesenia en Ciudad de México, nos propusimos hacer una prueba para conocer la facilidad de acceso a estos mismos datos en Madrid. En este caso, la Policía Municipal dispone de un base de datos de accidentalidad con bastante nivel de detalle, con la que es posible georeferenciar cada uno de los sucesos. Por otro lado, los datos de localización de todo tipo de centros de enseñanza están abiertos a los ciudadanos, ya sea a través del portal de datos abiertos de la ciudad de Madrid o de la Comunidad Autónoma. Sin embargo, aunque estos datos son accesibles para una ciudad como Madrid, no es así para municipios menores, donde el acceso a esta información es mucho más limitada, así como otras instituciones públicas, en las que aún queda camino por recorrer.